TXT + IMG Amalia Trocea
¿Alguna vez sentiste envidia de los ciudadanos de un otro país, sólo porque sabes que ellos comen todo el día lo que para ti es un banquete gastronómico? A mí me pasa con los turcos, los árabes, los indios, los japoneses y, sobre todo, con los coreanos. ¿Será que hay un país que coma mejor que Corea? ¿Más sano, más diverso, más rico? Difícil. Mi primer contacto con la gastronomía coreana fue en Santiago, el día que conocí Patronato. Me compré unos dulces árabes y decidí, por pura casualidad, almorzar en Sukine, sólo porque parecía tener platos raros que nunca antes había comido. Desde ese día estoy planeando mi maravilloso viaje a Corea del Sur –iría también a Corea del Norte, pero no creo que me dejen entrar–.
Enamorada del banchan*, bibimbap*, kimchi* y otros platos picantes que descubrí en Sukine, empecé a hacer el research, buscando otros restaurantes coreanos, aprendiendo recetas, comprando productos de las pequeñas tiendas coreanas… en fin, cultivando mi nueva pasión. Así es que llegué a entrar en todos los restaurantes coreanos y, con el tiempo, elaboré mi Top 3. En la punta está, obvio, Sukine –significa Donde Suki, y parece ser el más respetado, tanto entre los coreanos como entre los chilenos; quizás porque es tradicional, casero y muy accesible en término de precios–.
Otro local que me encantó fue uno en la calle Río de Janeiro: el Myung Ga. En realidad, todo el mundo lo conoce como Korean Barbecue. Todas las mesas tienen espacio para carbón y parrilla; algo inevitable, porque no hay que salir de allá sin comer el barbecue. Varios tipos de carne –pato, cerdo o pollo a la parrilla–, que vienen acompañados de banchan y unas salsas de maní y de miso, hojas de lechuga, cebollín escabechado y arroz. Hay que asar la carne, cortarla, bañarla en salsas, cubrirla con cebollín y envolverla en una hoja de lechuga. Empecé a ir tantas veces, que la dueña, que también es la que prepara los platos, me recibe hasta cuando está cerrado.
Mientras, me enteré de Gaon, un local coreano en Manquehue, que parecía ser un poco más chic y estilado –o estirado–, muy en clave de Las Condes. Pasé por ahí también, pero no me recibieron con la abundancia del banchan ni de los otros platos con los que me acostumbraron los otros locales. Pero sí tenían postres ricos. Y es un lugar más que recomendable para cenar. Mas allá de restaurantes, platos y cuentas, la comida coreana me enseñó que hay que estar siempre abierto a conocer otra realidad: la verdad de otra cultura, otra cocina, otra familia. No hay nada más sincero que la comida de un pueblo. Y yo amo la sinceridad coreana.
UNO* / Banchan: Variedad de platos –generalmente de pequeña cantidad– que se sirven con arroz; se coloca en medio de la mesa y se comparte entre los comensales.
DOS* / Bibimbap: Uno de los platos más populares de la gastronomía coreana, que literalmente significa “arroz mezclado” o “comida mezclada”. Consiste en un cuenco de arroz con vegetales coronados con carne.
TRES* / Kimchi: Alimento fermentado presente en la mesa diaria de todos los coreanos. De olor fuerte y característico, su sabor es salado y picante; fue elegido el alimento más sano del mundo.